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  • Foto del escritorEsteban Román

¿Armas nucleares de la OTAN en Ucrania? Rusia sabe que no

Ucrania no tiene armas nucleares

Los que apoyan a Rusia se creen el discurso de que Ucrania fue invadida para “defenderse” de la OTAN. Eso dice la propaganda. Pero las intenciones reales de Rusia se pueden encontrar en los documentos que ese país ha firmado.


Antes de invadir, Rusia pudo haber exigido a Ucrania pruebas de que no era una amenaza. Mecanismos de inspección como los que la Unión Soviética aceptó en los Acuerdos de Helsinki en 1975 y después en el Documento de Vienna en 1990. Acuerdos que Rusia ha usado varias veces para asegurarse de que nadie planeaba un ataque en su contra. Tan felices han estado con esos mecanismos de vigilancia y transparencia, que fue iniciativa de Rusia firmar una actualización en 2011 que le sirvió después para estar presente en ejercicios militares de la OTAN en 2015.


En 2022, el año de la invasión, no fue Rusia quien exigió inspecciones a Ucrania, porque ya sabían que no había armas nucleares o alguna otra amenaza. Fue Ucrania quien las pidió para saber si, como decía Estados Unidos, Rusia preparaba una invasión. Por supuesto, el gobierno de Vladimir Putin no aceptó que se hicieran verificaciones en su territorio; puso como pretexto la pandemia de Covid. 


Si como dicen los propagandistas rusos, Ucrania tenía armas nucleares, ¿por qué los rusos, con los acuerdos de inspección que ellos mismos crearon, ni siquiera exigieron una misión de vigilancia? Hasta para espionaje les hubiera servido. Pero claro, cuando ya sabes que es mentira, decir que el país al que planeas invadir te abría las puertas a sus bases militares, no ayuda con la narrativa de que tú eres víctima. 


Hay más pruebas de que Rusia miente cuando dice que solo busca defenderse: Víctor Yanukovich, el presidente de Ucrania entre 2010 y 2014, le dio a Rusia todo lo que quería: promesa firmada de que nunca se unirían a la OTAN, permiso a la flota naval rusa en el Mar Negro para estacionarse indefinidamente en Crimea. No le bastó a Vladimir Putin. También querían que Ucrania no formara parte del esfera económica de la Unión Europea. Eso fue en realidad lo que desató la primera invasión rusa en 2014, cuando Yanukovich no pudo impedir que los ucranianos eligieran integrarse económicamente a un bloque económicamente más próspero que el de Rusia.


Rusia lanzó entonces su primera guerra en 2014. Anexó Crimea y luego firmó los acuerdos de Minsk, en los que se comprometía a no agredir a Ucrania, pero de manera encubierta, envió armas a los separatistas rusos para que continuaran atacando a Ucrania. Esto quedó plenamente demostrado cuando, por error, los separatistas rusos derribaron un avión de Malasya Airlines -matando a 298 personas- con un sistema de misiles de fabricación rusa transportado desde Rusia. Los investigadores de los paises afectados -Australia, Bélgica, Malasia, los Países Bajos y Ucrania- dieron un informe detallado sobre cómo el lanzador llegó desde Rusia y regresó a ese país después de usado.


No existen pruebas de que Ucrania albergue a un gobierno “nazi” que busque acabar con Rusia, como acusan desde el Kremlin. Pero hay bastantes pruebas del involucramiento de Moscó en la desestabilización de Ucrania y la fabricación de pretextos para invadirla. 

Y si estos argumentos no bastan para convencer a los escépticos en Occidente. Hay que recordar las motivaciones reales, finales, de esta guerra. 


El 4 de febrero de 2022, tres semanas antes de la invasión a Ucrania, los dirigentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, se encontraron en Beijing y públicamente concluyeron que Estados Unidos era la principal amenaza para ambos.


“Esto no es para nada sobre Ucrania. Es el orden mundial. Es una batalla para definir cómo será el nuevo orden mundial”. No son mis palabras. Son las de Sergei Lavrov, el ministro de asuntos exteriores de Rusia, emitidas en marzo de 2022, un mes después de que inició la invasión.  Un nuevo orden mundial liderado por Rusia y China, y para conseguirlo, buscan aplastar a los vecinos que se les oponen, como Ucrania y Taiwán. ¿Eso es lo que quieren los estadounidenses y los europeos que tanto se quejan por el costo de la ayuda a Ucrania? 


Si alguien conoce estos hechos y todavía apoya a Rusia, es porque en el fondo desea un mundo dominado por esas dictaduras, que solo puede ocurrir, si Estados Unidos cae.





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