Muchas personas no se han enterado, pero China declive. Los datos oficiales de ese país revelan un desplome en consumo interno, producción industrial, inversión extranjera y empleo. Incluso un desplome en el número de nacimientos.
El gobierno de Xi Jinping creía estar listo para arrebatarle a Estados Unidos el papel de líder mundial. Pero están descubrieno que sin el dinero de Estados Unidos y Europa, sin su inversión, sin su tecnología y sin un acceso pleno a sus mercados, China no puede mantener el paso. Llegaron a concentrar el 18.3% del Producto Interno Bruto mundial en 2021, el año pasado cayeron a 16.9% y nada indica que su declive vaya a frenarse.
Conforme pasa el tiempo, su situación empeora. En 2018, China creó 51 mil nuevas empresas, gracias a la enorme inversión extranjera que todavía fluía en esa época. El año pasado, sin embargo, cayeron a sólo mil 200 nuevas empresas. Este año apenas han creado 260. Terribles datos considerando que son esas empresas, las pequeñas y medianas, las que generan el 80% de los empleos urbanos en China.
El problema ya es tan grave que el año pasado dejaron de publicar los datos sobre el desempleo juvenil cuando el número de desempleados no dejaba de aumentar. Cerraron la cifra en 21%, uno de cada cinco jóvenes chinos.
Y estos son apenas los problemas más visibles que enfrenta el país. Está por supuesto su enorme deuda de más de 300% de su PIB; una crisis inmobiliaria de la que llevan años sin poder salir porque construyeron más casas y departamentos que habitantes tiene el país, y, por supuesto, el hecho de que su población se reduce año con año. La estimación más conservadora, de las Naciones Unidas, es que el año 2100 China habrá perdido la mitad de su población total.
¿Ese es el líder de los BRICS? ¿El que liderará a los países del sur global haca un futuro sin Estados Unidos? Imposible. China, está frita.