top of page
Foto del escritorEsteban Román

Derrotar a Putin, para evitar una Tercera Guerra Mundial

Tercera Guerra Mundial

¿Cómo se evita una Tercera Guerra Mundial? ¿Cediendo ante un país agresor o intimidándolo?


Vlodomir Zelensky, el presidente de Ucrania, se reunió con Kamala Harris y Donald Trump, los candidatos a la presidencia de Estados Unidos. Karmala Harris advirtió que la rendición de Ucrania no es una opción y que Rusia no obtendrá los territorios que invadió de Ucrania a cambio del retiro de sus tropas. Trump, en cambio, le apuesta a la rendición de Ucrania y a que el país ceda lo que le fue arrebatado, para apaciguar a Vladimir Putin.


Para los poco informados, para los que no conocen la historia, podría parecer que la visión de Harris es “pro guerra”, por enfrentar a Putin, mientras que la de Trump es “pacífica” por negociar con él. Pero es totalmente al revés. Checoslovaquia 1938, Lituania 1939, Georgia 2008, Ucrania 2014. Si algo nos enseñan las invasiones del pasado, es que ceder ante los déspotas, no los calma, los anima a seguir. 


Hay dos momentos en el último siglo que demuestran cómo la debilidad y la tibieza, provocan guerras. Uno fue durante los años 30s del siglo pasado, cuando Gran Bretaña y Francia intentaron negociar con la Alemania nazi en una estrategia conocida como el “apaciguamiento”, es decir, ceder ante las demandas de Hitler para no provocar una segunda guerra mundial. ¿Cuál fue el resultado? La segunda Guerra Mundial. 


El otro momento histórico, en el que los líderes occidentales bajaron la guardia, lleva 30 años en desarrollo. Estados Unidos había ganado la guerra fría a la Unión Soviética. Y los líderes estadounidenses, desde Bill Clinton hasta Barack Obama, creyeron que el mundo se convertiría, poco a poco, en una feliz comuna hippie capitalista. En la que personajes como Vladimir Putin o Xi Jinping, el líder comunista chino, se olvidarían de la guerra y de las armas nucleares porque así convenía a sus economías. 


China y Rusia aprovecharon esa ingenuidad para amasar arsenales y preparar a sus Ejércitos para lo que vendría después: el resurgimiento de sus ambiciones imperiales. 


Mientras Clinton, Bush y Obama hablaban de cooperar con China, el partido comunista de ese país construía capacidades militares específicamente diseñadas para una ganar una guerra contra Estados Unidos en Asia. China estará listo para invadir Taiwan en 2027, calculan ahora tanto en Estados Unidos como en Taiwán. Y los chinos buscan duplicar a mil el número de sus ojivas nucleares para 2030.


Obama tampoco quiso enfrentar a China, por el sistemático robo de tecnología estadounidense. Con descaro, ese país incluso robó el diseño de un avión de combate, el F-35. Ahora China tiene un jet casi exactamente igual. En 2015, Xi Jinping prometió a Obama que no convertiría las islas artificiales que estaba construyendo en el Mar del Sur de China, en bases militares. Un año después ¿qué hizo China? Convirtió esas islas artificiales en bases militares. Y ahora atacan hasta los barcos pesqueros que circulan aguas internacionales que los chinos reclaman como propias. 


Mientras la canciller alemana Ángela Merkel abrazaba a Putin y le abría las puertas al comercio con Europa, Rusia incrementaba su presupuesto militar y para septiembre de 2014, Putin presumía que tenía la capacidad para ocupar cualquier ciudad europea del Este en sólo dos días. Ni siquiera esa amenaza despertó a Occidente de su letargo.  


Trump no fue radicalmente diferente. Realizó una guerra comercial con China, sí. Aplicó aranceles, algo que Obama creía imposible. Pero no hizo nada para detener el crecimiento militar ni tecnológico de China. A Trump sólo le interesaba la balanza comercial. Su propio asesor de Seguridad Nacional, el general Herbert McMaster, lo criticó públicamente por dejarse manipular por Xi Jinping.

A China cuando menos la enfrentaba comercialmente. A Putin, sin embargo, Donald Trump ni siquiera lo critica. Durante su administración, el gobierno de Rusia fue responsable por constantes hackeos a la red de energía de Estados Unidos. El FBI lo descubrió en 2018 y para 2020 Trump el mismo tuvo que firmar una declaratoria de emergencia nacional para enfrentar esos y otros ataques cibernéticos. Y, sin embargo, hasta la fecha, Trump no tiene más que halagos para Vladimir Putin. 


Tuvo que llegar Joe Biden, para que Estados Unidos se tomara en serio las amenazas que China y Rusia representaban. Con él en la Presidencia, Estados Unidos empezó a impedir que el ejército chino tuviera acceso a los semiconductores necesarios para desarrollar inteligencia artificial y armamento de vanguardia. Fue Biden quien construyó alianzas en el Pacífico ante una posible guerra con China: dotando a Australia de submarinos nucleares y formalizando una alianza militar con Japón y Corea del Sur.


Y, contrario a sus antecesores, Obama y Trump, Biden no dejó que las invasiones rusas quedaran impunes. 

 

El resultado de lo que pase en Ucrania determinará si Putin se anima a continuar sus guerras en Europa y si China se atreve a ir por Taiwán, para lo cual el Ejército chino ha ensayado ataques preventivos y hackeos a bases militares estadounidenses en Asia, como las localizadas en la isla de Guam. 


¿Con quién es más probable que los dictadores se tomen en serio el riesgo de una guerra contra Estados Unidos? ¿Con el candidato que alaba a Putin? ¿O con la candidata que no piensa ceder ante él?


Barack Obama y Ángela Merkel, ahora tan celebrados, no tuvieron el valor para detener a Putin cuando invadió Georgia en 2008 y luego Ucrania, por primera vez, en 2014. Repitieron la fallida estrategia del apaciguamiento, que Francia y Gran Bretaña intentaron 60 años antes con la alemania nazi: reclamos diplomáticos, pequeñas sanciones a unos cuantos personajes, y listo: a comerciar con ellos de nuevo. Obama y Merkel, con su pacifismo ingenuo -con su creencia de que podían disuadir a Putin y a Xi Jinping con concesiones-, fueron quienes animaron a Rusia y a China a convertirse en las amenazas que son ahora. Paradójicamente, el heredero de esa creencia ingenua, ahora es Donald Trump.




25 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page