A los medios de comunicación en Estados Unidos les da miedo decirlo, pero hay, al menos, tres dudas fundamentales sobre el supuesto atentado a Donald Trump en Pensilvania:
¿Por què tras 48 horas no hay un reporte médico de la herida en la oreja de Trump? El expresidente dice que fue por una bala -como si tuviera experiencia recibiendo disparos de rifles como para saber la diferencia- pero es solo su dicho. Reportes de la policía local -que no han sido desmentidos- mencionan fragmentos de vidrio u algún otro escombro por balas impactadas lejos de Trump. Hay mucha diferencia entre ser impactado por una bala y ser rozado por un pedazo de plástico o vidrio.
Prensa local reportó que cuatro policías de Pittsburgh -que estaban alrededor de Trump- tuvieron heridas leves también provocadas por fragmentos desprendidos tras los primeros impactos de bala. Ningún parte médico ha sido revelado tampoco sobre ellos. Eso ayudaría a aclarar si Trump realmente estuvo en la mira del tirador o si éste sólo disparó a su alrededor.
Thomas Crooks, a quien el FBI ubica como el tirador, era un republicano amante de las armas. Falló, sin embargo, a una relativa corta distancia del expresidente (130 yardas aproximadamente=. ¿Era tan incompetente que no pudo atinar un solo disparo con un arma, una AR-15, que puede enfocar objetivos a una distancia cuatro veces mayor de la que él tenía?
Un día después del "atentado", Donald Trump jugaba golf tranquilo, sin ninguna evidencia visible de una herida significativa en rostro u oreja. Este hecho solo aumenta las especulaciones sobre si un proyectil proveniente de un rifle de tal poder, es capaz de rozar a un hombre y no dejarlo con marcas visibles ni necesidad de curación especial.
Un atentado se define por la intención del perpetrador de acabar con la vida de alguien. Es muy difícil decir que esa era realmente la intención de este tirador… a menos que se despejen estas dudas.