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Foto del escritorEsteban Román

El rencor mexicano contra España y Estados Unidos

Rencor mexicano contra España y Estados Unidos

El gobierno mexicano quiere una disculpa de España por la conquista que los españoles hicieron de América hace 500 años. Es una pérdida de tiempo. 


Hagamos un comparativo. Francia y Alemania disputaron al menos siete guerras durante estos últimos 500 años, en el último de esos conflictos, el ejército alemán ocupó París en 1940. Obligó a dos millones y medio de franceses, incluidos medio millón de agricultores, a trabajar en Alemania mientras Francia sufría hambruna. Decenas de miles de mujeres francesas fueron forzadas a prostituirse para alimentar a sus hijos. No pasó hace 500 años, pasó hace 80. Algunas personas vivas lo recuerdan todavía. Y, sin embargo, nadie en Francia exigió una disculpa a Alemania como prerrequisito para formar la Unión Europea, una alianza que convirtió a 27 países de Europa en el tercer bloque económico más grande del mundo.


Otro ejemplo. En la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos lanzó dos bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki. Los japoneses no lo olvidan, pero tampoco dejaron que eso los paralizara. Japón se convirtiría después en uno de los países más prósperos del planeta, en gran parte gracias al mercado y a las inversiones estadounidenses. Hoy Japón y Estados Unidos son aliados económicos y también militares. 


Japón no dejó que una tragedia ocurrida hace 80 años le impidiera hacer lo que más le convenía, que era aliarse a Estados Unidos. La izquierda mexicana, sin embargo, no supera lo que pasó hace casi 180 años, en 1847, y citan todo el tiempo esa guerra como razón para desconfiar de Estados Unidos. No les importa que la realidad ahora sea totalmente diferente: con 38 millones de mexicanos y descendientes de mexicanos viviendo en ese país y con el mercado más grande del mundo, el estadounidense, comprando el 70% de todo lo que México exporta, lo cual da empleo a 14 millones de mexicanos.


Muchos, no convencidos por estos argumentos, dirán que México puede desprenderse de países como Estados Unidos y España y buscar el comercio con otros con quienes nunca ha peleado guerras. Como China o Rusia. Es una creencia infantil. China y Rusia viven de la exportación, el primero de manufacturas, el segundo de materias primas, y ambos producen a grandes rasgos lo mismo que México vende: manufacturas y materias primas. ¿Por qué querrían comprarle a México lo que ellos producen? A un precio, además, más alto, de lo que lo consiguen en su propio mercado o con sus países vecinos. 


¿Y qué tal Latinoamérica? Otro ejemplo risible. Toda Latinoamerica junta, incluyendo México, representa el 7.3% del Producto Interno Bruto Mundial. Estados Unidos, por sí solo, tiene el 25% y su mercado, sus consumidores, representan 29% del poder de compra mundial. Ni siquiera toda China, Rusia y Latinoamérica juntas, tienen el mismo poder de compra. España es muy pequeña en comparación, y por eso el presidente López Obrador y ahora la presidenta Claudia Sheinbaum piden una disculpa a España y no a Estados Unidos. Pero España es el segundo mayor inversor en México, y por lo tanto, generador de empleo. Solo después de Estados Unidos. “Independizarse” de ellos no se consigue con cartas y pleitos diplomáticos, sino con inversiones propias que los empresarios mexicanos y el gobierno mexicano tendrían que sustituir. ¿Dónde está la banca mexicana que compita con el dominio BBVA, por ejemplo?


México puede elegir ser como Japón y como Francia. Buscar la dignidad nacional no en el cobro verbal de viejos agravios, sino en la construcción de prosperidad para su gente. O puede guardar rencor para siempre, e intentar alejarse de quienes podrían ser sus aliados. La elección es bastante obvia.



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