Estados Unidos lanzó una advertencia a México sobre el riesgo que corren si se aprueba la reforma al Poder Judicial que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Si los jueces son elegidos por voto directo, ¿se convertirán en títeres del poder presidencial como lo son en Venezuela?
El método de elección popular de jueces, en sí mismo, no es malo. Estados Unidos mismo lo utiliza. Sin embargo, en ese país sólo jueces locales son electos en las urnas, no los federales ni la Suprema Corte. De tal forma que ningún partido político puede capturar la parte del poder Poder Judicial que sirve de freno al Presidente.
Gracias a esa independencia, Donald Trump no pudo revertir los resultados de la elección de 2020 pese a que él mismo había propuesto a tres de los integrantes de la Suprema Corte que votaron en su contra.
Gracias a esa misma independencia, la Suprema Corte mexicana frenó abusos de los últimos cinco presidentes mexicanos: como la “Ley Televisa”, un intento para perpetuar el poder de las televisoras en México; o como la liberación de más de 50 indígenas tzotziles acusados sin pruebas de cometer la matanza de Acteal. Y hay muchos otros ejemplos.
El Poder Judicial mexicano tiene problemas, de nepotismo, de corrupción, de incompetencia, pero querer solucionarlos poniendo en riesgo su independencia, hace que la cura salga más cara que la enfermedad